Equilibrio

Macrobiótica es una palabra que viene del griego macro (makros), significa «grande», bio (bios) significa «vida» más el sufijo -tico (relativo a), es decir, filosofía para alargar la vida.

Es ahora, después de estos años pedaleando por “La Senda Macrobiótica” cuando empiezo a ser consciente de cuál es la finalidad de esta hermosa filosofía basada en los Principios Únicos de la Naturaleza y este mundo: el equilibrio. Equilibrio es cambiar o modificar para adaptarse al medio, y quiero matizar mi concepto de equilibrio como equilibrio saludable, la búsqueda de nuestro bienestar que nos empuja a encontrarnos con nosotros mismos.

Cuando empecé no era consciente de la necesidad de ajustarnos, de equilibrarnos, ahora algo tan evidente y básico que hasta siento como una cierta felicidad de sentirlo.

Mirar hacia atrás con cierta perspectiva y darme cuenta de que mi cuerpo no estaba en equilibrio, y su manera de comunicarlo era con dolores de espalda, de cabeza y mal humor… Esa sensación de que algo no va bien pero no sabes el qué, y sólo cuando eres consciente de que necesitas un cambio, es cuando empieza.

Y así empezó, apareció en mis manos como por arte de magia un libro de Michio Kushi. Y fue al leerlo que pasé de la conciencia a la Intuición : me llenó de felicidad y respiré feliz, la Macrobiótica era el camino hacia ese cambio, hacia el anhelado equilibrio.

No sé porque nos pensamos que los días pasan y todo sigue igual, cuando la realidad es que todo está en constante movimiento. ¿tu Ayer es diferente que tu hoy?, pero se lo preguntas a la gente y no sabe contestarte. El ritmo actual es como un tornado, nos absorbe en su rapidez y nos dejamos llevar olvidándonos del presente y haciéndonos vivir siempre en el futuro o peor aún, anclados en el pasado sin resolver. El sutil parloteo continuo de la mente nos distrae y pendientes de ella vivimos sin enterarnos, sin escucharnos.

La Macrobiótica nos da una visión muy simple a través del Yin y el Yang, porque no tiene que ser complicado.

Cuando intento explicarle a alguien la teoría del Yin-Yang, básico para entender, enseguida lo asocio a como ir en bicicleta. Al principio te tambaleas de un lado a otro, del yin extremo al yang extremo, pero poco a poco, con la práctica, te vas estabilizando y casi sin darte cuenta estas pedaleando con un ligero movimiento, pero con dirección y confianza. Ya no estás pendiente si te vas a caer o vas recto, sino que empiezas a disfrutar del paseo, del sol y el viento, siendo consciente de que al aprender puedes disfrutar del paseo, esa es la clave.

En una entrevista que leí de Michio me llamo la atención una frase ¨Todo lo del exterior nos influye: el sol, las radiaciones, el aire que respiramos, estímulos nerviosos, pero nada de eso podemos controlarlo, lo único que podemos controlar y elegir libremente del exterior es la comida y la bebida”. Y es verdad, somos libres de elegir que queremos comer o beber, si «fast-food» o un arroz con verduras, por lo que la alimentación es el primer paso. Si somos conscientes de que todo es energía (yin-yang), y qué energía es la que necesitamos dependiendo del momento, ¡¡alimentémonos para pedalear más lejos y felices!!