Yin y Yang es todo, Yin y Yang eres TU

Antes de estudiar Macrobiótica, mi visión era muy occidental, tendencia a separarlo todo, lo físico separado de lo emocional, es decir, un punto de vista más analítico, concreto y científico. La visión de la Macrobiótica es oriental, más intuitiva y global (físico, emocional y espiritual es inseparable), y agradezco haber tenido la suerte de poder tener ahora estas dos visiones.

Me gusta porque siento más que pienso, a través de la observación global de la naturaleza, de la vida, del mundo y de uno mismo, tomas conciencia del continuo movimiento, continua transformación o ciclos en la vida, todo es una transformación de energía o chi en busca del equilibrio (estaciones del año, fases de la vida…). Equilibrio entre las dos fuerzas o energías: la centrípeta(yin) y la centrifuga (yang).

Movimiento es cambio, y para ello necesitas esta dualidad (dos) del yin y yang, el día no existiría sin la noche, el frio no existiría sin el calor, el yin no existe sin el yang, opuestos y complementarios. Es decir, una visión por comparación. Como su símbolo indica: todo yin tiene un punto de yang y al revés, pero a la vez equilibrado.
Esta visión aplicada a la alimentación es para mí el arte del equilibrio, el arte de la intuición, pero no podemos ser artistas sin sentirlo. Al cocinar piensa como estas y que necesitas y crea una sinergia de energía que quieras recibir cuando comas, de ahí la importancia de estudiar los alimentos y su energía, herramienta básica en Macrobiótica. Entender que los alimentos tienen una energía más yin (expansiva) o yang (contractiva) y como los cocines, te ayudara a mantener tu equilibrio, tu salud a todos los niveles.

Porque la salud es la mezcla o sutil balanceo de YIN y YANG, es equilibrio en constante movimiento hace que no haya patologías o enfermedades. Cuando enfermamos es cuando el YIN o el YANG están bloqueados o en extremo. La energía no está fluyendo o hay un exceso de una de ellas. Comer de manera extrema es comer muy saldo, muy dulce, muy picante, mucha carne, muchos refrescos, muy rápido, muy procesado, mucho microondas, mucha cantidad o también sin sal, sin dulce, sin agua, sin cocinar, sin tiempo… Y todo esto crea infelicidad y en consecuencia enfermedad.

Practica el “Non credo” y compruébalo por ti mismo, come más yin o más yang y obsérvate, conócete y experimenta. Tu cuerpo te lo dirá, es la única manera de ser tú.